jueves, 29 de marzo de 2012

Cosas que me dan rabia...


... o mejor dicho, dejándome de sutilezas, que me ponen de los nerviossss!!
  • Que no me cojan el móvil y en cuatro tonos salte el buzón. 
  • Rozarme con algo y estropearme una uña nada más terminar de pintármelas.
  • Que me pidan algo de trabajo un minuto antes de que sea la hora de salir.
  • Hacer la compra del mes y darme cuenta, cuando me toca pagar y tengo el carro lleno hasta los topes, de que me he dejado las bolsas en el coche.
  • Los agonías que nada más ponerse en verde el semáforo, ya están quemando el claxon.
  • Hacerme una coleta y que la goma no sujete lo suficiente.
  • Llegar tarde al cine y buscar tu asiento como una imbécil porque ya han apagado las luces.
  • Que llenen de publicidad los programas de radio que escucho por las mañanas en el coche camino del trabajo.. Queridos señores locutores: yo a estas horas quiero música que me despierte y no que me vendan un seguro de coche o un viaje combinado!!
  • Observar como la cola de al lado siempre va mucho más rápido que la tuya.
  • Ver que una niña pequeña lleva los leotardos caídos, de modo que el tiro lo lleva a la altura de las rodillas, y su madre/abuela/cuidadora no se los suba... Es que cuando lo veo -en mis propias sobrinas- no lo puedo soportar... ¡¡Diosss, niña, ven aquí que ya te subo yo los leotardos!! 
  • Esperar el ascensor y que, contra más prisa lleves, más tarde en llegar a tu planta.
  • Que justo mi talla sea la única que se les haya agotado... oye, qué casualidad, eh?
  • La lentitud de mi PC.
  • No encontrar la prenda exacta que busco en ese agujero negro que es mi armario.
  • Que las lentejas siempre me salgan aguadas.
  • Entrar en un autobús en verano a -7º (y yo en tirantes, claro).
  • Entrar en el metro en invierno y sudar la gota gorda.
  • Que la gente llegue tarde.
  • Estrenar medias (o lo que es lo mismo, romper medias nuevas).
  • Ir buscando sitio para aparcar y que siempre encuentre sitio el lentorro de delante.
  • La mala educación.



viernes, 23 de marzo de 2012

¿Dónde está la diferencia?




Acabo de leer una noticia que me deja atónita una vez más. Y no sé de que me sorprendo, la verdad.

No suelo tener mucho tiempo que dedicar a leer la prensa y, cuando gozo de algún momento libre en el trabajo, suelo recurrir a cualquier periódico digital en el que, en cosa de cinco minutos, te puedes hacer una idea de que el mundo sigue igual de loco que cuando lo dejaste.

El caso es que, echando un vistazo rápido a la portada de hoy, después de política, fútbol, gran hermano y más política, me llama la atención un pequeño titular:
"Una mujer de 342 kilos quiere alcanzar los 730"
Sí. Definitivamente el mundo está igual de loco que la última vez que le pregunté. 

Resulta que a esta americana de treinta y pocos, madre de dos niños -y pirada total-, se le ha ocurrido la feliz idea de convertirse en la gorda más gorda sobre la faz de la tierra, batir todos los récords habidos y por haber y... ¿pasar a formar parte de la historia reciente, convirtiéndose en la Reina de Gordilandia

Supongo yo que esta mujer, que seguramente sería gorda de nacimiento -y que ahora es gorda por deporte-, habrá pensado "si no puedes vencer al enemigo, únete a él". 

Pero, alma de cántaro, una cosa es que que te reveles contra los actuales cánones de belleza, que le saques el dedo a todo aquel que te rechace a causa de tus kilos y que decidas que te gusta comer más que a un tonto una tiza y que te niegas a encadenarte a la lechuga y el brócoli por los siglos de los siglos, y otra cosa muy diferente, es que decidas hacer de tu capa un sayo y ponerte metas de los kilos que debes coger antes de que finalice el año para poder aparecer en el Libro Freak-ness de los Récords y tener tus siete segundos de fama porque a una despistada como yo le dé por leer la chorranoticia de tu enfermizo propósito, que aparece -insisto- después de la noticia de la última gala de gran hermano. 

Y digo bien, propósito enfermizo. Porque ¿acaso esto no es propio de una mente desequilibrada? Me explico: no hay duda de que las enfermedades de la mente son realmente peligrosas y no hay peor enfermedad que maltratarse a uno mismo hasta límites insospechados. Los hospitales, sanatorios y clínicas de todo el mundo están llenos de personas que, por una desgraciada razón, quieren lastimarse de un modo u otro, no sienten el más mínimo apego a la vida o, si lo hacen, no son conscientes de que su conducta, antes o después, acabará en tragedia. Y más concretamente, estamos hartos de escuchar que algún conocido o conocida -más generalmente esto segundo-, padece desórdenes alimenticios y está recibiendo tratamiento para intentar curar esta terrible ENFERMEDAD. Hartos de saber que familias enteras sufren porque alguno de sus miembros ha caído en la desdicha de que algo no esté del todo bien en su cabeza y se esté maltratando ante la impotencia de sus seres queridos. 

¿Acaso esto no es lo mismo? 

Y sin embargo, lo sacan en las noticias como si de un atleta que se está preparando para batir el actual récord de salto de longitud se tratase. No señor. Esto es cosa seria. 

¿Por qué no nos sacan en prensa la última chica que ha sido ingresada por padecer anorexia? ¿o el último señor que, presa de una enfermedad mental, ha intentado quitarse la vida?

¿Dónde está la diferencia? 

Esta mujer está enferma y hay que actuar en consecuencia. No es friki. No es gracioso, ni curioso. Es una maldita enfermedad. Y sólo de ver al maridito de turno colaborando en esta hazaña de sobre-alimentación, cooperando en acortar su vida cada día un poco más, se me ponen los pelos de punta. 

Para más inri, se supone que el objetivo es batir el actual récord de peso de 635 kilos, cuyo poseedor falleció a los 41 años de edad. O lo que es lo mismo, se quitó la vida siendo jovencísimo. 

Esta mujer tiene 33 años. Y dos hijos.

Y necesita ayuda.   

viernes, 16 de marzo de 2012

Blondie Blog




Anoche pasó algo muy especial.

Alguien muy muy importante para mí por fin supo de la existencia de mi blog. Supo de este rinconcito de anonimato en el que me gusta expresarme, en el que me siento a salvo para escribir lo que soy y lo que pienso, refugiada por la idea de ser una completa desconocida para el mundo exterior.

Al principio sentí una mezcla de nervios y pudor, como la primera vez que te muestras desnuda. Tenía muchas ganas de que lo supiera y lo leyera, y estaba impaciente por conocer su opinión, pero temía que pensara que escribo chorradas y que esto, a fin de cuentas, viene a ser al siglo XXI lo que el clásico Mi Diario al siglo XX, pero que hay una edad -que dejé atrás hace mucho- en la que se deja de escribir cosas del tipo:

"Querido diario.
Hoy he visto a Pedro en el recreo, y me ha saludado y hasta me ha ofrecido un poco de su bocadillo! Menos mal, creía que estaba por Susana, pero me he dado cuenta de que en realidad pasa de ella, ni la ha mirado. Yo creo que está por mí. ¡Fastídiate, Susana!" 

Y entonces hizo "click" y leyó una entrada al azar. Y, de momento, me dijo que le gustaba el formato (versión para móviles).

Y a continuación leyó otra. Y yo, mientras tanto, con el corazón en un puño, aterrada pensando que en cualquier momento sacaría su "boli-rojo-mental" y empezaría a detectar fallos, sinsentidos, erratas... o que en cualquier momento bostezaría y me devolvería la Black Berry con una palmadita en la espalda tipo:

- Muy bien cariño... Uy, qué tarde es ¿apagamos la luz?

Pero no fue así. Leyó otra, y otra más.

Y sonreía. Cada poco soltaba una tímida risita y seguía leyendo.

Le gustó.

Y yo me sentí feliz. Sentí que estaba mostrando mi obra inacabada al crítico que más inseguridad me causaba, ante el que más vulnerable podía sentirme, cuya opinión más me importaba. Y que le gustaba. Incluso el nombre le gustaba.



Sentí que ya me conoces un poquito más. Sentí que por fin conoces esta parte de mí que desde hace no mucho está viendo la luz tímidamente, y no sólo eso, sino que lo aprecias, que no te burlas y que también me disfrutas leyéndome. Leyendo este pedacito de mi ser que ahora sabes que existe y que guardo a partes iguales con cariño y con recelo. 

Leyendo éste, que ya será para siempre y gracias a ti, querido Pijolas, mi Blondie Blog.


miércoles, 14 de marzo de 2012

Un pobre hombre


La perlita ya ha aparecido... Lo que yo decía.

Y ahora el padre está en libertad con cargos, (¿que qué cargos?)

Pobre hombre.

Capítulo V


martes, 13 de marzo de 2012

Y la saga continúa



Al final resulta que, efectivamente la perlita era tal cosa, y sí, se gastaba la paga en "porritos" y otras lindezas.

Por partes:

Le castiga su padre... y le denuncia.

Le denuncia y se lo llevan detenido por una supuesta detención ilegal.

Se meten por medio los servicios sociales por si está en desamparo... y se la llevan a un centro de acogida.

Se la llevan a un centro de acogida... y la joven no muestra muy buena actitud (que lo que quería era ir a las fiestas, leñe, que no os enteráis!).

La joven se porta mal en el centro...Y le castigan.

-Inciso:  ¿¿castigarla?? Cómo pueden castigarla en el centro de acogida, si por lo visto, ese fue el motivo de que la Benemérita se llevase detenido al padre! Y ahora, ¿qué hacemos con el centro de acogida?? ¿Lo clausuramos por secuestro?-

Le castigan... Y la chavala, se escapa.


En fin... qué país. Esto, lamentablemente, no pinta bien, nada bien...






miércoles, 7 de marzo de 2012

Diez cosas intrépidas que he hecho en esta vida


10. Empezar a escribir mi propio blog.

9. Plantar cara a Il Divo cuando me lo encontré aquella vez y le dije: "¿Qué pasa, que no hay más bares?"

8. Ir desde bien pequeña -7 años- de campamentos varios, verano tras verano e invierno tras invierno, a aprender a ser sociable, autosuficiente, valiente... e intrépida!

7. Salir en la tele: bien en los anuncios de Nenuco, bien en varios concursos de TV... y ya puestos, ganar!


6. Decirle una y otra vez a mi querido Pijolas que me llevase a bailar, hasta que lo hizo.


5. Tatuarme el empeine izquierdo pese a que el típico tatuador tatuado hasta las encías me dijese: "tú verás... pero mis pies es la única parte del cuerpo que no llevo tatuada ¿te dice algo?"

4. Viajar por Marruecos, en plan "a buscarnos la vida" y acabar visitando casi todo el norte del país en cuatro días.

3. Hacer deportes de aventura: rappel, rafting, espeleología o descenso de cañones, saltar en parapente...

2. Comprarme una moto. Y, por supuesto, conducirla por Madrid hecha una fitipaldi!

1. Vivir sola. Sin haberlo decidido, el destino así lo quiso y yo me enfrenté a ello. Tuve la oportunidad de echar marcha atrás... Y sin embargo, como ya os conté, lo he disfrutado con todas y cada una de sus etapas. ¡Y ya van más de dos años!

martes, 6 de marzo de 2012

Alucino pepinillos


De verdad, yo es que a veces alucino pepinillos, me quedo to loca o, sencillamente NO DOY CRÉDITO con cómo funcionan algunas cosas en este país de charanga y pandereta. 

Lo último que me ha dejado en este estado de shock es una noticia de hace un par de días que, aunque ha pasado sin pena ni gloria por casi todos los medios de prensa española -demasiado ocupados hablando de Urdangarín, la crisis o el fútbol-, mi reverenda madre me comentó ayer y hoy mismo he podido leer y releer sin pestañear. 

El titular es el siguiente:

 "Detenidos por castigar a su hija sin salir"

Y sí, así es, no perdáis detalle, que resulta que detienen a un padre -y acusan a su ex mujer por cooperadora, al no oponerse- por un delito de detención ilegal... ¡por castigar a su hija sin salir! 

Yo es que me lo imagino y se me ponen los pelos como escarpias: típica niñata de 16 años, hija de un matrimonio roto de clase media baja que, seguramente, pasará olímpicamente de sus progenitores y estará todo el santo día haciendo pellas en el instituto, de botellón en el parque y gastándose la paga en tops de fulana, piercings, calimocho y cigarrillos... Y va el angelito y se planta en una comisaría para denunciar a su padre porque le castiga sin salir! (que vaya usted a saber que proeza habrá hecho la tiparraca ésta para que le impongan el castigo más clásico que se ha inventado).

Pero es que lo más indignante, lo tremendo de esta historia, no es que esta adolescente -que ya apunta maneras- tenga el cuajo de denunciar a sus padres por castigarle, no. Lo increíble es que un puñado de  "adultos" atiendan a las pretensiones de la muchachita y, ni cortos ni perezosos, se planten los beneméritos en la casa de este pobre infeliz y le detengan para declarar ante el juez!! 

Que digo yo, ¿no tendrá mejores cosas que hacer su Señoría, que valorar si la criatura es o no merecedora del castigo de su padre? Porque hay que ver, ¿dónde se ha visto esto? convendréis conmigo en que se trata de un hombre despiadado donde los haya, que castiga a su hija sin salir en plenas fiestas del pueblo... En vez de darle un buen guantazo, que pica un momento pero se pasa en seguida! 

Vamos, que soy yo el padre y le estoy dando leches hasta que se le caigan todos los piercings del cuerpo... Y que vuelva a por más, si todavía le quedan ganas a la perlita! Pero claro, visto lo visto, todavía se lo llevan preso al hombre.   

¡Y ahora los servicios sociales están estudiando si la chavala está en situación de desamparo! Pero ¿qué desamparo? En desamparo estaría si sus padres pasaran de ella y de lo que hiciera, no le castigasen nunca ni le reprendiesen por su mal comportamiento, por sacar malas notas o por llegar pedo a casa.

¿Qué ha pasado con la autoridad paterna/materna? ¿Qué tienen que decir los jueces de que unos padres castiguen a su hija? Recuerdo la polémica que suscitó la primera vez que saltó a la palestra la noticia aquella de que si los padres daban un azote de vez en cuando a los hijos, podrían ser detenidos por maltrato... Así que ahora, la reacción lógica es castigar a los hijos, ya que no se les puede tocar un pelo como si gozaran de inmunidad paternofilial. Cierto es que hoy día las autoridades están mucho más sensibilizadas con el tema del maltrato infantil, y sé perfectamente que tiene su razón de ser, pero yo creo que en este asunto no van por ahí los tiros... Así que, si tampoco se les puede castigar sin salir ¿qué hacemos? ¿les ponemos de cara a la pared un rato a pensar en lo que han hecho? 

Vamos, será que no me he llevado yo tortazos por mi mal comportamiento, y aquí estoy, sin traumas infantiles,  vivita y coleando, soy una personita de provecho, respeto a mis padres por encima de todo y considero que estoy bastante bien criada, gracias sin duda, a la educación que he recibido de ellos, con sus azotes, sus castigos y sus broncazos cuando ha hecho falta.

 Ojiplática me quedo, vamos...


lunes, 5 de marzo de 2012

Los Óscar 2012, by La Nueva Vecina!!


Por fin!!

Ya ha llegado, ya está aquí, mi Top Five de las mejor vestidas de la ceremonia de los Óscar de este año! (y, para no perder las buenas costumbres, con un más que considerable retraso).

En un honroso Número 5...



... Natalie Portman, vestido vintage, llenito de lunares.


En el Número 4...



...Emma Stone, muy guapa, aunque demasiado tapada.


En el Número 3 ...





... Sandra Bullock, con un elegante vestido Black&White y espalda de vértigo.


En el Número 2...



... Milla Jovovich, con un vestido de fiesta, totalmente acorde para la ocasión.

Y en el NÚMERO 1...






.... IMPRESIONANTE, GWYNETH PALTROW!!  


Enhorabuena!!

domingo, 4 de marzo de 2012

Mi primera vez


Hoy ha sido mi primera vez. Y la verdad es que me ha encantado, me la esperaba mucho peor y todo lo contrario: he disfrutado de lo lindo.

Sí, hoy ha sido la primera vez que he ido al cine sola. Y puede que parezca una tontería pero ¿todos lo habéis hecho alguna vez? Seguro que no. Es como lo de ir a comer sólo. Hay gente que es incapaz de ir a comer sola.  Gente que, si no tiene quién la acompañe para ir a comer en la hora de descanso en el trabajo, prefiere comerse un triste sandwich delante del PC ojeando la prensa en internet antes que caer en la "terrible vergüenza" de que nadie la vea comer en solitario. Pues qué idiotez, digo yo.

Lo de comer sola, no sé ni cuantas veces. Pero el caso es que con el cine, nunca se había terciado lo de ir sin más compañía que la mía misma. Y lo de hoy, pues así ha sido:

Hoy (domingo, por cierto) me he levantado a las 8.00h y he tenido que presentarme de buena mañana en el despacho para lo que ha terminado siendo un intenso día de trabajo urgente. Finalmente, a eso de las 18.30h he conseguido liberarme y la verdad es que lo que más me apetecía en el mundo era ver una peli entretenida, zamparme un buen bol de palomitas y olvidarme de todo, solamente disfrutar de mi momento cine del fin de semana. Total, que se me ocurre llamar a mis amigos cinéfilos por si se unen, pero resulta que, como pronto, hasta la sesión de las 22h no podía nadie...

- ¿¿A las 22h?? Ufff... pues con el díita que llevo, a las 22h estoy vegetal fijo... y además, no quiero acostarme tarde... no sé, no lo veo.. ¿Y ahora qué hago yo? ¿me voy a casa a poner una lavadora y hacer tiempo? vamos, y luego no salgo de casa ni de broma, que me conozco!!

Así que me he dicho a mi misma: Lolailo, no renuncies a tu tarde de cine.

Una entrada, unos nachos con queso, una cocacola, una peli entretenida y pantalla gigante... planazo!!

Y me ha encantado, creía que me iba a sentir patética, que todo el mundo me miraría con cara de lástima en plan "pobrecita, va solita al cine", ¿¿cómo he podido ser tan boba?? Lo cierto es que no sé -ni me importa- si alguien en todo el cine ha reparado en mi presencia.

Lo mejor: que no se me ha sentado nadie al lado para darme la brasa con sus ruiditos (o para incomodarme tratando de no molestar yo con los míos).

He disfrutado, y en cierto modo, aunque pueda parecer una niñería, me siento como si hubiera descubierto algo más que puedo hacer por mí misma, sin necesidad de depender de otras personas. Quiero decir, no me malinterpretéis: me encanta ir al cine con la gente que quiero, y poder realizar todo el "rito", con sus cañas posteriores para comentar la peli, pero ahora ya sé que no tengo por qué quedarme en casa con esa sensación de "jo, qué pena, con las ganas que tenía de verla", si me apetece ver una peli en un momento dado y nadie se apunta. La veo y punto, (y sí, a veces puedo esperar y verla en otro momento, pero otras veces soy de las que sé lo que quiero y lo quiero ya).

Y a las 22h en casita como una reina, que mañana hay que madrugar y no quiero acostarme tarde!

Total, que espero repetir.

Por cierto, la película Chronicle, entretenidilla, aunque el final... algo predecible!